martes, 5 de julio de 2022

Regresar siempre trae nostalgia



Graciela Bazzana



Asiduamente regreso al pueblo donde nació mi mamá, a 50 kilómetros de Rosario. Allí, viven tíos y primos.

Camino, recorro el pueblo, sus calles, edificaciones, negocios. Todo me trae recuerdos de antaño cuando iba con mis padres.

La primera en visitar era la casa de la tía Rosa: alejada del pueblo, sobre calle de tierra, casita baja, sencilla, rodeada de un alambrado tapado en enredaderas.

Tenía un gran patio con un frondoso roble. Debajo de él, había una mesa de material en la cual todas las tardes se merendaba el clásico mate cocido en gigantescos tazones de loza acompañado con pan casero, manteca y riquísimo dulce hecho con frutas de la estación. ¡Lo más rico que he probado!

Luego seguimos por la casa de mi prima mayor, Norma, una referente de la familia. Vive en el centro del pueblo, calle pavimentada, una de las principales, por donde pasa el colectivo que conecta este pueblo con Rosario. Pueblo decimos, ya declarado ciudad hace unos años. Allí nos quedábamos a cenar y compartir noticias de la familia.

Desde allí nos dirigíamos hacia otra prima, Pocha, gran repostera ella, nos mostraba fotos de los trabajos hechos para los eventos del pueblo. Un cafecito de por medio, las últimas noticias y la visita debía terminar, ya entrada la noche.

Debíamos regresar a casa, dejando a otros parientes sin visitar, pero con la promesa de volver.

Actualmente, solo visito a mi prima Norma, ya que muchos no están.

Llego al pueblo y recuerdo algunos negocios, algunas familias, todo está prácticamente igual.

Me recibe en su casa mi prima, con el mate y algo para picar. Hablamos, luego de un rato vamos a la parte de atrás de la casa en la que tiene un pequeño vivero. Me muestra cada planta y cada flor mientras hablamos de “todo”.

Almorzamos, pasamos una tarde de infusiones con torta hecha por ella.

Compartimos muchos recuerdos de aquellos tiempos, en los que estaban todos, las mesas llenas, las sillas ocupadas, la cocina a full y la familia completa.

Hoy, me inunda una gran tristeza: llegar de visita y encontrar lo material, pero no los afectos.

Me alejo del pueblo hacia la gran ciudad dejando parte de mis afectos y recuerdos, añorando viejos tiempos en los que éramos felices y no lo sabíamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario