Por Alicia Sosa
Eran niños y los mataron.
Un hecho que me hizo tomar conciencia.
Ocurrió en mi querida Rosario. Año 1969, 17 de mayo, plena época de la
dictadura. Solo tenía 16 años.
Salíamos de una oficina de la galería “Melipal”, con mi amiga Mariana,
donde estábamos ocasionalmente ya que ella había concurrido por un trámite.
Al salir nos vimos involucradas en una corrida de jóvenes, seguidos por
la policía montada.
Decenas de estudiantes y eventuales transeúntes quedamos encerrados.
Entramos nuevamente a la galería, lugar donde tratábamos de evitar golpes. Se
escuchaban súplicas, llantos y disparos. Una bala penetró en el joven Adolfo
Bello.
Tendido en el piso y sin vida quedó el estudiante de tan solo 21 años.
Los que pudimos salimos corriendo por la única salida que había.
Caí y, de repente, vi un caballo parado en dos patas, relinchando,
mostrándome sus dientes, dispuesto a caer sobre mi cuerpo delgado y paralizado.
¡Me salvaron la vida! Fue alguien al que jamás volví a ver. Me tomó de
los brazos arrastrándome y me metió en un edificio. Tampoco supe qué edificio
fue, pero sí escuché las respiraciones aceleradas de las personas que estaban
calladas.
Entre penumbras, porque estaba la luz apagada, esperábamos que la Policía
se retirara.
Finalmente, se fueron ya de noche. Temerosa y confundida regresé a mi
casa.
Dos días después, el 19 de mayo, mataron en las mismas circunstancias a
Luis Blanco, el joven obrero de 15 años.
La represión generada por la Policía y los militares dio como resultado
un estallido que quedó en la historia, como el Rosariazo.
Esta situación dolorosa engendrada por la dictadura puede pasar con
cualquier gobierno democrático, si se adueña del poder absoluto.
Una imagen triste de una época nefasta.
ResponderEliminarUna época difícil de la cual aún no se conoce todo lo que ocurrió y por qué .
ResponderEliminarAlicia escuche tu historia junto a dos compañeras, un dia que el profe, nos puso en grupo.Como vengo de un pueblo, no vivi historias como la tuya y otras que escuche. No te vi mas en el curso. Me gustaria que volvieras para compartir otros relatos que seguramente tendras.
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