domingo, 10 de septiembre de 2017

El paso del churrero

Ana Ratti

Todas las tardes, haya sol, llueva, esté nublado, sea invierno o verano, pasa el churrero. Siempre lo he escuchado, pero ahora que estoy atenta para poder contar historias recuerdo la siguiente. Durante mi infancia y adolescencia o yo era muy lenta o mi familia corría a todos lados. Mi abuela me decía con plato en mano, corré, apurate, se va el churrero. Yo contenta y ansiosa lo llamaba, él daba su vuelta en la bicicleta trayendo la mercadería. Así, compartía la merienda con ella.
El apuro una expresión que resuena en mi recuerdo. Mi madre, mi tía y mis primas concurríamos a la plaza con frecuencia. Llegábamos y nos decían: “Corran, corran, allí hay un banco vacío”. Nosotras, raudamente, ocupábamos victoriosas el lugar esperando la llegada de los mayores. “Apúrense suban rápido a la calesita, tomen un caballito así sacan la sortija y se ganan un viaje”, nos decían. La prisa siempre se relacionaba con alcanzar algo gratificante. También estaba relacionada con las obligaciones: “Corramos o perdemos el tranvía”. Luego, el colectivo o “rápido subí al auto”.
 Mi padre tenía un auto blanco marca Renault. Estoy citando la década del sesenta. Me encantaba pasear en él. Cierto día arrancó y yo quedé esperando en la vereda. Por supuesto, retrocedió y exclamó: “Rápido, subí. Pensé que estabas dentro”. Yo siempre iba en la parte trasera y mis padres adelante conversando animadamente, quizás por ello no se percataron de mi ausencia. Lo recuerdo con humor. Seguramente, esa era mi percepción y así quedó selectivamente grabado en mi recuerdo. Consigna familiar: rápido será por eso que el tiempo pasó como un soplido. 
Las vivencias infantiles no tienen límite de tiempo. Cuando uno llega a adulto los tiempos se acortan y repito la historia de mis antecesores. Les digo a mis nietas: “Apúrense, tomen la leche, agarren la mochila”. El paso inexorable del tiempo que se hace lento en la infancia y se nos termina rápido en la adultez. Gracias al sonido de la corneta del churrero se despertó esta historia reflexiva que no por ser tan simple se borró de mis recuerdos.

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