Lidia Cieri
Raúl canta tango, interpreta el tango, siente el tango y te emociona con
su hermosa voz. Eso comentábamos mi esposo, un matrimonio amigo (parientes de
Raúl) y yo en un bar de la ciudad de San Lorenzo. En una de sus actuaciones nos
enteramos que “Adiós Nonino” tenía letra. Hermosa letra de Eladia Blázquez. Mi
esposo y yo nos estremecimos escuchándolo, porque recordamos a mi suegro
italiano, que vino solito y joven a iniciar una vida mejor aquí, en América.
Cuento estas emociones, porque me traen el recuerdo de unas vacaciones
con mis padres en las sierras de Córdoba. Yo tendría catorce años y nos
alojábamos en una hostería, cuyos dueños eran porteños. Me parece verlos
sirviendo las mesas con gran simpatía. Pero, almuerzo y cena con Julio Sosa; y
yo, a esa edad, protestaba pidiendo música alegre y moderna.
“Escuchá, nena. Escuchá, la voz de “El varón del tango”. Escuchá esas
letras”, me contestaban riéndose.
¡Cómo nos cambian los años! Hoy, en el invierno de la vida, me gusta
escuchar tangos, me encanta ver bailar el tango y quisiera tener el coraje de
aprender a bailarlo.
Esos sábados en San Lorenzo, después de escuchar a Raúl, Mario y yo
volvemos a casa llenos de intensas emociones.
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