María
Susana Vidoni
Allá por el año 2000, decidimos
ir con mi marido por primera vez a Europa. Empezamos a planificar el viaje por nuestra
cuenta. Sería España, Francia e Italia. Después nos decidimos ir solamente a
Italia por un mes. Queríamos hacer todo el norte de Italia, en especial las
regiones de nuestros ancestros: Véneto (mi marido), Lombardía y el Friuli (yo).
Entonces, empecé a averiguar de
qué pueblo vino mi bisabuelo paterno. De los otros, ya sabíamos. Nadie tenía
mucha información, dado que mis abuelos habían fallecido.
Tenían idea de varios pueblos de
la región, de donde podría haber vivido.
Parte de la historia de mi nono
paterno Enrico fue así: Venía casado de Italia con su esposa y una hija Arpalice.
Su esposa contrajo tifus en el barco y murió, por lo tanto fue arrojada al mar,
dado que no se podían conservar los cadáveres. Él venía a “hacerse la América”
en 1889 en el Barco Giovanni B. Lavarello.
Al llegar al puerto de Buenos
Aires, se vio con esa hija de la mano y sin familia. Entonces, buscó a alguien
que viajara a Italia y ahí mismo después de unos días decidió enviar a su hija
Arpalice de vuelta a Italia en otro barco.
Después de unos años, Enrico se
instaló a trabajar en un campo, conoció a una mujer que había enviudado y se
casaron. Tuvieron varios hijos. Nunca más se supo de esa hija. ¿Cuántos años
tenía cuando volvió a Italia? Nadie lo sabía, tampoco qué fue de su vida.
Debido a nuestro viaje, empecé a
escribir a varias comunas para pedir certificado de nacimiento del nono Enrico
y de Arpalice. Después de muchas respuestas negativas, ¡llegó! Con esto supimos
que esta niña era muy chiquita cuando la envió el nono de vuelta para que la
cuide la familia de su esposa fallecida. Arpalice tenía dos años cuando viajó
solita.
Conseguí el acta de casamiento y
el de defunción, así supimos que se casó con un primo y se fue a vivir a otro
pueblo, donde falleció a los 72 años.
Interesante relato, buscando tus raíces.
ResponderEliminarMe encantó.
Me fascina conocer la historia de los antepasados. Me encantó tu relato.
ResponderEliminarSusana Olivera
Pobre la nena, de golpe encontrarse sin padres! Menos mal que llegó a buen puerto. Esperamos el resto de la historia. Cariños.
ResponderEliminarMuy lindo tu relato. Creo que en nuestro país casi todos tenemos que buscar nuestras raíces.
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