Por Ana María Miquel
Siento como si fuera caminando lentamente
por un hermoso camino, que es la vida. A mi lado pasan raudos y veloces los más
jóvenes. Y siento que también a toda prisa avanzan gateando los bebés. Mientras
que un gran número de Adultos Mayores, seguimos a paso lento hacia la misma
meta: aprender a manejar los medios de comunicación y la tecnología.
Si hacemos un curso para aprender su
manejo, siempre nos quedamos con la mitad sin entender, si pedimos ayuda nos
responden: “Jugá con la computadora o la tablet o el Blackberry y vas a ver
como sola aprendés”.
Como no nos podemos quedar afuera del
mundo, es que realizamos nuestros mayores esfuerzos de concentración y voluntad
para lograr el fin, es decir, manejar la comunicación y la tecnología.
En un momento recapacito y pienso: “Qué
maravilla haber conocido el mundo sin tanta comunicación y tecnología”. Porque
de esta manera puedo valorar lo que tenemos en el día de hoy, cosa que no
pueden hacer ni los jóvenes, ni los niños. Ahora necesitamos conectarnos con
otra persona o investigar sobre un tema y simplemente nos sentamos frente a la
computadora. Tenemos que escribir algo y ya no usamos ni las máquinas de
escribir en las que cada tecla debías apretarla con un martillo, ni tampoco las
eléctricas que eran una fiesta, también te sentás frente a la computadora y
luego vas a la impresora.
Cuando alguien se iba de viaje y esperabas
noticias, ya sabías a la hora en que pasaba el cartero y salías a la calle a
preguntarle: “¿Hay algo para mí? Ni hablar si se había ido fuera del país, allí
sabías que debías esperar como mínimo de veinte días a un mes para tener
noticias. Ahora recibís un mensajito por el Whatsapp desde cualquier lugar del
mundo y ya te quedás tranquila. Y, al mismo tiempo, se entera toda la familia,
ya que instalás el “Grupo Familia” y no hace falta juntarse los domingos a
comer los fideos, porque durante toda la semana estuviste conectado con todos.
Cuando fue la Revolución Cubana ,
me acuerdo que toda la familia iba a la casa de una tía que tenía esas radios
cuadradas y grandotas de madera a determinada hora de la noche a escuchar Radio
Colonia del Uruguay, que ellos nos cantaban la justa, sobre cómo se estaba
moviendo Fidel Castro y el resto. Ahora, querés saber qué está pasando en la Franja de Gaza y
simplemente ponés el canal de noticias internacionales y ya te enterás, y de
muy buena fuente, de los últimos acontecimientos. Cuántos heridos, cuántos
muertos, cuántos atentados y lo mismo para una catástrofe climática, ya sea un
terremoto o un huracán o alguna de esas otras calamidades que ocurren en el
mundo.
Podría seguir escribiendo sobre la Comunicación , pero
quiero dedicarle un poquito a la tecnología, la cual ayudó muchísimo a las
mujeres. Ahora, la mayonesa se vende en cualquier lado, con infinidad de
marcas, tamaños y sabores. Antes, solo la hacíamos para las fiestas
importantes, revolviendo con dos tenedores las yemas de huevos y agregando el
hilito de aceite. ¡Ojo! Si estabas indispuesta, no podías hacer mayonesa porque
se cortaba. Además, no podía durar más de veinticuatro horas. Lo mismo con la
crema chantilly. Si querías recalentar comida, se recurría al consabido “Baño
de María”. Ahora, vas al microondas. Si querías hacer un juguito de naranjas o
de frutas, recurrías a los viejos exprimidores, ahora tenés procesadoras,
jugueras y no sé cuántas cosas más. Para el café, había que empezar por moler
los granos y después tener bien limpia la bolsita de tela para filtrarlo. Ahora,
lo tenés instantáneo o directamente la cafetera que se encarga de todo. Si
querías hacer una tarta, tenías que comenzar por hacer la masa, al igual que
para las empanadas. Ahora, vas al supermercado y las compras están hechas. No
me tengo que olvidar del detergente, a cambio del jabón blanco o lavasa para
lavar los platos, como tampoco de la leche en polvo para no esperar al lechero
que venía con el carro y los tarros.
La lista sería interminable, la puedo
recontar en mi día a día y por eso valoro y admiro todo lo que tenemos con
respecto a la informática y tecnología, pero no quiero dejar escapar los
afectos y valores, que deben mantenerse inalterables porque son los que
movilizan al ser humano y en consecuencia a la sociedad.
No todo lo pasado o lo actual es lo mejor,
el secreto está en saber adaptarse a las circunstancias y encontrar el
equilibrio.
Ana María: Me gustan estas reflexiones . Todo lo que dices lo viví . Si pudiéramos poner todo lo que bulle en nosotros... Sigamos para mostrar el tema de los VALORES de siempre. Cambiantes? hacia dónde? . Preparemos algo. NORA NICOLAU
ResponderEliminarSeguí las indicaciones de Carmen y logré ponerlo. Si me equivoco de rectángulo, me quedó sin el escrito. Por fin...NORA
ResponderEliminarQué bueno tu texto, tan difícil de elaborar, dado -que como vos lo llamás- son reflexiones sobre la realidad que nos toca vivir... Qué bien señaladas las dificultades que sabemos tener para manejarnos en este "nuevo mundo". Y como en todos tus escritos, tu "marca" de optimismo y afecto.
ResponderEliminarUn abrazo
Susana Olivera
Queridas chicas, gracias por sus palabras. Pero me pregunto, tanto Nora como Nora Nicolau, son la misma persona? Porque si es así, debemos darle las felicitaciones porque acertó con el "dedito", ja...ja... Y Susana, te agradezco tus palabras, tan lindas como siempre. Te extrañé ayer. Un beso a las tres o a las dos. Ana María.
ResponderEliminarSigo practicando,Ana María. En el segundo anónimo soy la misma. Saludos.
ResponderEliminarMuy Bueno! Hay que srguir con los valores!
ResponderEliminarQuerida Ana Maria, los que conocimos otras épocas sabemos la diferencia, sobre todo al recordar aquellos tiempos donde encontrar un teléfono público que funcione era una utopía, hoy los chicos tienen su celular. Lo lamentable es la involución de los valores éticos como así también la disgregación del núcleo familiar. Hoy técnicamente estamos rodeados de aparatos que nos brindan comodidad y confort, que nos ponen en el compromiso de adaptarnos a ellos mientras los jóvenes no entienden como pudimos vivir sin toda esta parafernalia.
ResponderEliminarMuy buena reflexión Ana.
Un abrazo.
Cuantos recuerdos me trajeron tus reflexiones y cuanto en común- Uso la tablet pero cuando toco algo indebido, recurro al vecino porque la flia no puede. Cuesta la tecnología pero ayuda.
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