miércoles, 15 de octubre de 2025

Mariposa pecosa

María Alejandra Furiasse

 

Hacer teatro, entrar en ese mundo mágico donde nuestro yo queda desplazado para dar lugar y luz a otros personajes a representar según el libreto.

¡Cuánto encanto! ¡Qué placer! Instantáneamente se me dibuja una sonrisa en mi cara y mis ojos se achinan .

Atesoro en mi corazón cuando salí de “mariposa pecosa” junto a un grupo de mamis en el escenario del Colegio Latinoamericano durante la fiesta de finalización del año lectivo. Una malla enteriza con corazones de colores y alas de tul color turquesa y lentejuelas. Los ensayos en la casa de Blanca, la mamá de Josefina, los cafecitos, las charlas, las risas compartidas. Aún conservo la canastita con forma de cilindro elíptico de metal con tapa decorada con motivos navideños que nos regalaron los directivos de la institución por nuestra participación. Aún hoy, cuando nos encontramos con Betty, me sigue llamando Mariposa pecosa. 

En la Escuela “Gabriela Mistral”, cuando representamos un cuento infantil y salí de “gallina” en una obra donde todas éramos animales de granja y recuerdo que me hice el traje de papel crepé. Una pollera corta anaranjada con calzas amarillas y una remera de mangas largas blanca y en la cabeza una cresta sujetada con invisibles, y un pico hecho de cartón pintado de amarillo con un elástico finito para anudarlo detrás de las orejas.

Pensar en una gallina, en el gallinero inevitablemente me llevó a mi niñez y a sus cacareos coc coc. Cuántas veces habré ido a juntar los huevos, silenciosamente, en puntitas de pie y sorprendiéndome cuando en lugar de blancos encontraba de color.

Los diferentes colores de sus plumas, sus ojos, esas miradas atravesadas por todos los rayos del sol. 

En otro acto la temática fue los trabajos y los trabajadores. Mi papel era de “enfermera” en mi querida Escuela 1080, usando el guardapolvo blanco de una alumna que me lo prestó para esta representación escolar. Y una cofia blanca con una cruz roja por delante hecha con papel glasé . 

En el Teatro “El Círculo”, también con un grupo de madres y padres del Jardín “Mi mundo”, donde concurría mi hijo Gianluca, salí de Superpoderosa Bombón. Tuve que pedir ayuda a una costurera para la realización del vestido de tafeta sin mangas, escote redondo pequeño, color fucsia bordado con lentejuelas; y, para la cabeza, utilicé una peluca anaranjada larga con moño rosado.

Cuántos momentos de deleite pensando cómo iban a disfrutar los peques cuando lo vieran. Entre esos peques también estaban mis hijos.

Hacer teatro antroposófico en el subsuelo de la librería que estaba en la calle Entre Ríos una vez por semana, los días jueves. Y ahí conocí a hermosas personas. La peque, una chica veinteañera con quién también compartimos un taller de teatro, risas y naturaleza en Funes un día sábado. Y la consigna era jugar como niños .

Los niños toman el juego muy seriamente y se divierten y disfrutan. Vivir con el cuerpo, la mente y el alma. Todo unido. Improvisaciones movilizadoras hasta lograr emocionarnos. Picnic, mates y rayitos de sol entre los troncos enormes de los árboles.

Uno de los juegos que hicimos fue saltar a la soga con la particularidad que iban sumándose personas a la par mientras saltábamos. Juegos de disociación con pelotas. Hermoso.

La señora venezolana tan alegre.

 El joven traductor de idioma chino, entre otros. 

Para la apertura del ciclo escolar del año pasado del jardín de infantes organizamos una obrita sencilla con un duende y un hada muy especial, Amparo, hija de Carolina, amante de la danza desde sus siete años. Bella. Personajes que no necesitaban hablar para comunicarse. Miradas. Gestos. Bailes. Estrellitas diminutas y purpurina mágica danzando en el aire para dar comienzo a un nuevo año lectivo. Feliz de haber sido duende por un día con traje prestado verde brillante con un lazo a la cintura y una boina al tono con una flor, porque los peques y las familias lo recordaron durante todo el año.

Y en este momento, estoy ensayando para hacer la obrita de teatro junto a algunas mamis y papás del jardín para el día de las infancias. 

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