domingo, 21 de agosto de 2016

Mi mamá de leche

Noemí Peralta

Un ser muy especial compartió mi vida apenas nací, el 28 de Junio de 1941. En esa época quién recibía a los bebés era la partera.
Mi madre no tenía leche suficiente para alimentarme y, como se solía hacer, recurrió a una mujer que había tenido una bebé por la misma fecha en que yo nací.
Se llamaba Antonia y con el tiempo se transformó en “la gorda Antonia”, apodo que se impuso en mi casa por el cariño que sentíamos todos hacia ella y porque era enorme y obesa.
Comenzó a ayudar a mi madre desde el día en que nací y era ella quien me amamantaba al mismo tiempo que a su bebé. Pasaron a ser mi mamá de leche y mi hermana de leche.
Tuvimos una relación muy estrecha, basada en el cariño que nos prodigaba a mí y a mis hermanitos.
Ayudó a mi madre hasta que fui adolescente.
Su figura era voluminosa, pero era una mujer muy activa.
Cuando cumplí los quince años, aunque no estaba muy bien de salud, vino a ayudarle a mi madre en la fiesta que se realizó en nuestra casa.
Sé que muchas mamás alimentaban a sus bebés con leche materna de otra mamá que la donaba, pero se la extraían y ponían en una mamadera, pero yo la tenía a ella que me amamantaba directamente de sus pechos.
Guardo un recuerdo cariñoso para quién fue mi segunda mamá y también hacia mi hermana de leche, con quien pasaba muchos momentos alegres, jugando y luego compartiendo nuestras ilusiones de juventud.
Ambas asistieron a mi casamiento, pues mi madre también les tenía mucho cariño.

2 comentarios:

  1. Linda historia! No la conocía, cuánta ternura y gratitud.Bien Mimí!

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  2. Muchas gracias Nilda...Cambian las épocas y cambian las costumbres...

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