martes, 24 de junio de 2014

Mussolini visita Gangi


Por Juan José Mocciaro
juanjosemocciaro@gmail.com

En el verano del 2010 visito Gangi, a 150 kilómetros de Palermo, Sicilia, y me alojo en un Agroturismo llamado Villa Rainó, que perteneció al Barón Li Destri, Barón de Rainó; y al ingreso, sobre la puerta principal, se observa el escudo de armas: un brazo armado de plata empuñando con la mano tres espigas de trigo oro, donde su dueño es Aldo Conte, un gangitano muy simpático que lo atiende con su esposa e hijos y una noche después de cenar le realizo una pregunta que me tenía intrigado a ver al lado de la pileta 15 pinos en círculo y él me relató:
“El Barón perteneció a la logia de los Templarios y que cada pino pertenecía a un miembro de esa logia. Cuando allí se reunían todos iban con grandes capuchas cubriéndose sus cabezas, por lo tanto no se veían sus rostros, pero todos sabían quién estaba o no presente por el lugar que ocupaban delante de cada árbol que tenían asignado”.
En 1925, Mussolini visitó Gangi para reunirse con los barones de ese momento. El objetivo: combatir la mafia, cuyo primer secuestro extorsivo de un médico había sido en ese pueblo y quería tomar carta en el asunto para que no se extienda por toda Sicilia. Rápidamente se da cuenta de que los mafiosos eran los propios barones. Finalizada la reunión estos lo invitan a comer debajo de los pinos. Il Duce no acepta, pero sí lo hace su chofer quien en el camino de regreso a Palermo tiene un “accidente”. No queda claro si estaba ebrio, si se quedó dormido o si fue envenenado y el auto pega varias vueltas.
Un pastor que estaba con sus ovejas llevándolas por el camino salva a Mussolini y este le dice que le pida lo que quiera pues tiene el poder para concedérselo. El pastor responde que solo le pide que no diga en Gangi que lo salvó, pues su vida correría peligro.
Desde Roma, Mussolini nombra diversos funcionarios para combatir la mafia en Gangi, pero todos se corrompían hasta que nombra a Il Prefetto, Cesare Mori, hombre de su entera confianza.
El 1º de enero de 1926, Il Prefetto decide rodear Gangi con los carabinieri para capturar a los mafiosos, pero solo encuentra mujeres, niños y ancianos, pues todos los hombres se habían fugado a través de túneles hacia las montañas. Después de cinco días de sitio, les corta el suministro de agua y es ahí cuando aparece un delator que le informa dónde se encuentran escondidos en la montaña. Este informante es Don Colagero Albanese conocido como Il Brigante Albanese con orden de captura por más de 40 años, quien termina matándose golpeando su cabeza contra las piedras.
Cuenta la historia que los Barones les compraban las tierras a los campesinos por un precio vil y le daban los pasajes para que emigren a América.
Quizás sea este el gran secreto que se llevaron a la tumba nuestros abuelos, muchos de ellos no le contaron a sus hijos y nietos de dónde venían.
¿Habrá sido por miedo?
No nos olvidemos que en esa época también se encontraron en Rosario con la mafia.


N. del R: La foto que acompaña el relato fue toma en  Villa Rainó, Gangi, Sicilia y hace referencia donde se reunió Mussolini con los barones del lugar.

5 comentarios:

  1. Juan José, te felicito . Estas son las historias que le gustan a José, nuestro profe, y por lo visto también son tus preferidas, Yo te pregunto ¿las viviste, o simplemente te la contaron? Las que contamos la mayoría de los que participamos en este curso, son más cercanas, mas personales, no tienen que ver con la historia universal. Sólo con nuestras historias familiares. CARMEN G.

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  2. Carmen gracias por tus palabras, pero lo que relato es un lugar que visitè en Gangi y me traje esa historia,,,

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  3. Qué buena! Yo me trago todos los libros y películas de la Segunda Guerra, a lo mejor en otra vida anduve por las Europas, pero no sé de qué lado...ja...ja... Y sí, me contaron que a Rosario se le llamaba "La Chicago Argentina", por el tema de la mafia. Muy linda tu historia. Cariños. Ana María.

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  4. Muy buena e interesante historia amigo, siempre se aprende algo nuevo.

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  5. Gracias por rescatar esta historia. Que pena no poder ya contar con nuestros abuelos para preguntarles sobre esa etapa oscura y triste de Gangi.

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