domingo, 10 de septiembre de 2017

El silbido y el canto

Noemí Peralta

¿Recuerdan haber escuchado tiempo atrás a personas que yendo en bicicleta al trabajo o a algún otro lugar silbando una canción?
Me vino a la memoria hace unos días a raíz de que leí un artículon en el diario “La Capital” sobre ese tema.
Hoy en día no se escucha a nadie silbando o cantando, lo que me hizo pensar en cómo cambia la gente.
Curiosamente y posterior al día en que leí el artículo, iba caminando por la vereda de una calle céntrica y un señor bien vestido, caminaba cantando bajito. Apuré el paso para escucharlo mejor. Cantaba un tango y entonaba muy bien.
También escuché silbar a un joven que iba en bicicleta y distraído en su mundo. Pensé que ahora que había leído el artículo, prestaba más atención a estos detalles y que en otras ocasiones me puede haber pasado desapercibido. O, lo que sería mejor, es que las personas comiencen a cantar y silbar de ahora en más.
También encontré a otro señor sonriente y cantando sin inhibiciones en la sección verdulería del supermercado “La Reina”, mientras elegía qué comprar. Ante mi sorpresa, un empleado me contó que siempre lo hacía sin importarle que las personas lo miraran con curiosidad.
Y agregó que quizás no estaba muy cuerdo, pero se lo veía feliz.
Estas situaciones curiosas, que antes me parecían comunes, ahora nos sorprenden, pero siempre me resultaron agradables y lo siguen siendo.

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