miércoles, 29 de octubre de 2014

Soy "muy moderna"

Por Esther Cuperstein

Recuerdos que no se olvidan, la adolescencia, las modas y los descubrimientos...
Cada época marcó una nueva historia para relatar, recordar y divertirnos.
Anécdotas y momentos inolvidables.
Cuando éramos niños queríamos comportarnos como los mayores y, al pasar el tiempo, no nos interesaba. La vida es cambio y así hay que asumirla.
Cuando vimos llegar la tevé, era una magia, un lujo ya que el único medio masivo de comunicación era la radio.
Para escuchar música se prendía un gran combinado y se ponían discos.
Con el correr de los años, comenzó a escucharse “música moderna”. El tango y folklore eran cosas de viejos...
Comenzábamos a ver y escuchar temas modernos, algunos con letras muy simples y repetitivas de cantantes argentinos, acompañadas de ritmos muy especiales. Estaban los famosos “lentos o sueltos”, con coreografías y pasos muy divertidos.
Ya en la tele aparecieron programas donde enseñaban cómo moverse: “El Club del Clan”, “Sótano beet”. Desesperados, esperábamos para verlos.
Las revistas vendían posters con los distintos personajes y también con las canciones impresas para poder aprenderlas de memoria
Recuerdo la invitación a mi primer asalto. No entendía de qué se trataba. Una amiga un poco más grande lo organizo en la terraza de su casa. Cuando llegué me encontré con chicos y chicas, mesas con saladitos, gaseosa y música moderna. Todos los varones ya usaban pantalones largos. Solo uno vestía corto, lo que generó risas.
La costumbre de los asaltos se empezó a implementar para distintas reuniones sociales y cumpleaños. Las chicas esperábamos que nos sacaran a bailar, no queríamos planchar. Se danzaba una pieza y vuelta a sentarse a esperar. Hasta juegos muy picantes se solían armar: “la escoba”, “verdad y consecuencia”, “la botellita”, “la llave”
La ropa se modificaba comenzaban a salir los famosos vaqueros de marca, Levi’s, Lee y Wrangler. Los Farwest eran un quemo. Estaban los mini shorts, los chalecones de bremer, las botas largas charoladas.
 Los hombres, con pelo largo; y las mujeres renegábamos para tener el pelo lacio haciéndonos la famosa toca con un rulero y pinzas para que no se enrule el mismo.
Los tocadiscos empezaban a surgir. Había aparatos más pequeños, a pila o eléctricos muy originales. Estaban los nuevos casetes para grabar, que hasta hace unos años se utilizaban y eran de gran utilidad
Todo era novedad y asombro.
Ahora me pregunto: “¿Qué vendrá?”
Es que quiero seguir siendo moderna de verdad.

5 comentarios:

  1. ¡Ety! me sorprendiste con este relato tuyo, muy bueno y evocador, felicitaciones.
    Un abrazo.

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    1. muchas gracias por leerlo y comentarlo, saludos!! ety

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  2. Que rápido pasa el tiempo... un suspiro... el tiempo que tardás en leer una página. Hermoso tu texto
    Susana Olivera

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  3. Esther me encantó tu relato, simple y picaresco, pintando momentos que hemos compartido todos y esas ansias de seguir siendo jóven y moderna!

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  4. Esther, podemos decir que hemos vivido y disfrutado! Y todavía estamos en condiciones de seguir haciéndolo. Allá vamos!. Felicitaciones por tu relato. Ana María.

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