Luis Molina
Papi…
Qué palabra…
Tantas veces repetida por mis hijos,
pero…
¿La dije alguna vez?
Ha pasado mucho tiempo y no lo recuerdo.
Él era muy mayor y quizás por esa cosas de la época, o vaya saber que, no me
dejó muchos recuerdos. Eso sí, su educación, algo en los genes que me arrastró
a este camino de letras.
Fue tipógrafo del diario “Los Principios”
de la ciudad de Córdoba, luego emigró con mi madre (muy joven ella) a esta
ciudad, donde vi la luz hace tantos años. Hoy, una charla sobre el tema puso en
mí la pregunta: ¿Quién era mi padre?
Lo recuerdo sí, pero vagamente. Se fue
siendo yo muy pequeño. En mis siete años recién cumplidos no tenía cabida la
palabra muerte. Lo tomé como algo que pasó; luego, sí, a medida que el tiempo
avanzaba comencé a notar que era el único en la escuela que no tenía papá, me
sentía diferente a los demás.
Ramalazos de memoria me traen a aquel
nene de cuatro años, que cuando llegaba el diario todas las tardes (“La Tribuna”,
que en aquella época era vespertino), quería ser el primero, ya que por
entonces me fascinaba entender qué significaban aquellas letras, en especial “El
Gato Félix”, “Doña Tremebunda”, “Pepita y Lorenzo”, caricaturas que leía
ávidamente, de hecho fueron muchas palizas que no se si lograron hacerme
entender que debía aguardar mi turno. El patriarcado tenía la potestad sobre el
periódico.
Recuerdo, sí, la jardinera azul y el
caballo bayo que tiraba de ella. El reparto de hielo era su medio de vida. Algunas
veces lo acompañé, pero no me bajaba hasta llegar de vuelta a casa. El barrio
Echesortu era nuestro mundo.
Excesivo con la pulcritud de su ropa,
siempre salía de traje, asiduo del hipódromo, no faltaba los fines de semana. Mi
madre, en tanto, me llevaba al Parque de la Independencia. Hamacas, juegos, un
chupetín Misky, eran nuestras salidas. Una vuelta en la lancha de Nino, que
tenía forma de hidroavión. Dado que ese señor era vecino, no nos cobraba.
En verano disfrutábamos la zona de “El
Palomar”, que era muy fresca (no sé por qué) en invierno, demasiado fría. Algunas
veces, subía a la calesita. Debía conformarme con una vuelta.
Aquél hombre elegante, de traje cruzado
y sombrero, que lustraba sus zapatos él mismo, tal su manera de vestir (nada
que ver con el hijo), tenía un letra impecable, era perfecta, casi dibujada,
nada podía envidiar a la manuscrita de los libros de primer grado. Una vez
(Creo que fue para reyes) me trajo un camión de madera, grande y fuerte, a tal
punto, que me duró casi un día y medio sano.
Entre sus actividades, como changa en
época de la exposición rural, supo cuidar a la vaca campeona. En aquellas
botellas de dos litros, que por ese momento existían, traía a casa leche pura
de la campeona, que yo degustaba a placer.
Pero viejo; ¿vos jugaste conmigo alguna
vez?
¿Te dije “Papi”? ¿O solo te miraba con
respeto y temor ya que, travieso como era, sabía que me
reprenderías, sobre todo cuando llegaba el diario?
No te recuerdo enseñándome a patear una
pelota. Mi mente busca en la oscuridad del olvido respuestas que parecen no
estar y me pregunto, ¿cómo habría sido mi vida de haberte tenido en mi
adolescencia? Nunca lo sabré.
En verdad no sé por qué me pregunto esto
hoy…
Papi, viejo, la vida no nos dio
oportunidad y, bueh, es lo que hay…
Muy bello, muy sentido y con un lenguaje exquisisto. Me encantó. A veces, la vidaes dura.
ResponderEliminarSusana Olivera
La vida es eso, no la elegimos, es lo que nos toca.
EliminarGracias Susana por tus palabras.
Distancia más distancia. Una ecuación difícil; la distancia en el tiempo transcurrido, la distancia entre tu edad y la de él, el "patriarcado" poniendo la mal entendida distancia del respeto, son como muros que se levantan ante los recuerdos. ¡Seguro le dijiste PAPI ! ¿sino de qué otra forma? CARIÑOS.
ResponderEliminarQuerida Carmen; En aquella época no podía entenderlo, hoy que algo aprendí de la vida, luego de haber criado a mis hijos lo pienso. Estoy seguro de haber pronunciado "Papi"
EliminarUn abrazo.
Solo u n ser tan amoroso y sensible puede escribir desde el corazón.
ResponderEliminarEmocionante tu relato.
Felicitaciones Luis !
Solo u n ser tan amoroso y sensible puede escribir desde el corazón.
ResponderEliminarEmocionante tu relato.
Felicitaciones Luis !
Gracias amiga
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