Eve Coronel
Considero a dos como
mis primeros trabajos: uno no rentado y el otro rentado.
El primero, cuando
tenía alrededor de seis años y hasta cerca de los once, fue de boyero.
Para quienes no
conocen la tarea: el boyero es el encargado de cuidar los animales, en mi caso
vacunos; mientras se alimentan para que no salgan del sector asignado y para
que no invadan otros campos sembrados o reservados.
Se realiza de a
pie o a caballo, dependiendo de las distancias y ello determina la facilidad o
dificultad de la tarea; ya que a pie los animales no se muestran muy obedientes
pues detectan la debilidad del cuidador; en cambio, el caballo impone orden y
no dan ningún trabajo.
En general, es una
tarea que realizan los niños.
Cuando se aprende
a leer es un trabajo muy agradable e interesante, ya que permite leer
muchísimo.
Mi primer trabajo
rentado fue de medio tiempo a los quince años, en una agencia de marcas y
patentes.
La tarea consistía
en buscar, en enormes ficheros, si determinadas palabras eran marcas
registradas. En ese tiempo no existían bases de datos, así que había que buscar
en fichas ordenadas alfabéticamente la palabra o combinación de palabras
exactas o aproximaciones con dos o tres letras diferentes o términos que
sonaran parecidos.
Es un trabajo ya
obsoleto y perimido, como el de una compañera del secundario, que trabajaba en
una agencia controlando los minutos de propaganda en tevé y radio. La
tecnología los dejó en el tiempo.
Dicen que todo tiempo pasado fue mejor, quizás seria mejor decir que fue diferente y como todos comenzamos desde abajo realizando tareas hoy inimaginables. El mío fue envolver manubrios de bicicletas por cincuenta centavos de los años cincuenta. Lindo relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos tuvimos una primera vez. Lo mio fue vender rifas de la Vigil para ayudar a que mis padres me paguen el viaje a Bariloche.
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