Por María Rosa Fraerman
Estás ahí, silenciosa y explosiva, atenta, algunas veces distante, como
recordando tiempos, esos en que solo vos tomabas las decisiones.
Siempre fui la nena, tu nena, nunca me llamaste por mi nombre. Pobrecita la
nena. Que caprichosa es la nena ¡La nena más buena! y hoy, decís que soy la
nena más loca.
Me sobreprotegiste tanto que no me dejabas crecer: “No laves los platos, el
Pul Oil te va a arruinar la manos. Dejá, los lavo yo, vos anda a jugar”. Nunca
me pegaste ni un chirlo y eso que me lo merecía, por contestadora y callejera.
Jamás escuché una queja tuya, aceptaste con humildad la realidad que te
toco vivir.
Mamá, ¿te acordás cuando a fines de de década de los cincuenta íbamos a
comprar hielo para la heladera al Frigorífico La Florida? Yo quería que me
llevaras a upa y tú caminabas más de cinco cuadras dándome el gusto, eran mis
primeros caprichitos.
Cómo disfrutaba de las noches de verano tarde en la madrugada en la puerta
de casa, espantando los mosquitos con una rama de paraíso hasta que me quedaba
dormida, acurrucando mi cabeza en tu hombro.
El ventilador mucho no lo podíamos usar, decías que me iba a resfriar: “Mejor
te apantallás con este cartón”.
Cuántas noches de invierno te despertaste para taparme, las veces que me
llevabas el desayuno a la cama, me decías: “Dormí un poquito mas que es
temprano”; aunque eran las diez de la mañana.
“¡Bajá de esa bicicleta que te vas a caer!”
“No vayas al rio, ¿a ver si te ahogas…?”
“Abrígate que te vas a resfriar”.
“No estudies tanto, te vas a cansar…”
Mamá déjame crecer me vas a asfixiar.
Ya pasaron casi 60 años y seguís protegiéndome igual que cuando era una
niña.
—Buen día nena.
—Buen día mamá.
¡Buen día felicidad! porque ella aun está lúcida a tu lado brindando la alegría de su presencia. No todos tienen ese placer...
ResponderEliminarUn abrazo.
María Rosa ¡qué suerte tenerla con vos todavía!. Besos!
ResponderEliminarBuen día, nena. Buen día, mamá. Increíble como palabras tan simples pueden conmover hasta las lágrimas.
ResponderEliminarQué hermosaseñora!!
Susana Olivera
Cuando lo leíste en clase sonreí. Al leerlo me salta una lagrima al imaginar a tu mama enumerando consejos que solo la madres dan sin tener en cuenta la edad de sus hijos.
ResponderEliminarDisfrútala.
Qué suerte que todavía está a tu lado y sabiendo quien sos vos. Cuidala mucho y felicitala por su lucidez. Cariños. Ana María.
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