miércoles, 15 de octubre de 2014

Primavera. Enjauladas y contentas

Por Norma Pagani

En el taller el profesor nos sugirió escribir sobre “nuestras primaveras”. Escuche a mis compañeros relatar sus experiencias en ese día. Yo pensaba que no tenía nada para contar, excepto algún picnic.
Al día siguiente, partí de Rosario rumbo a mi pueblo Cañada Seca, por la ruta Nacional N 33.
Al pasar por la estancia “La Josefina”, entre Santi Espíritu y Rufino, me acordé cuando las hermanas de la Misericordia nos traían a pasar el Día de la Primavera a ese lugar.
Veníamos en un camión vaquero gratis, propiedad del papá de una de las alumnas de otro curso.
Hacíamos casi 50 kilómetros paradas, agarrándonos de las tablas, con los cabellos al viento, cargadas de comida y bebida.
Nos esperaba la mama de una de las chicas, hija del mayordomo.
Recorríamos el parque lleno de árboles y, cuando llegaba la hora del almuerzo, nos sentábamos debajo de su sombra y disfrutábamos de los alimentos que nuestras mamas nos habían preparado.
Recuerdo que andábamos en carruajes, nos internábamos en la espesura pensando que estábamos en un bosque y algunas de las chicas cruzaban la ruta para ir a un lugar donde se hacían experimentos con animales y había veterinarios muy buen mozos.
Por mi temor a las hermanas, yo no iba. Siempre hubo rebeldes y obedientes. Me arrepiento.
Regresábamos cantando, felices de haber gozado de nuestro día del estudiante. Al llegar a casa, nos bañábamos y a disfrutar del desfile de carrozas e ir al baile amenizado por “Los duques negros” un conjunto local formado por chicos del Nacional y Comercial, en su mayoría amigos que aun tienen el conjunto. Bailábamos, se elegía la reina; y, al otro día, clases normalmente.
Le pedí a mi esposo que disminuyera la velocidad frente a la estancia. Vi sus árboles tupidos como entonces, la casa blanca y el parque igual, quizás con el pasto más crecido y la verja descuidada. Me acordé que no supe más nada de la joven que vivía en ese lugar. Ni siquiera recuerdo el apellido.
Seguimos transitando por esa hermosa ruta tan bella en otoño, tan peligrosa hoy y tan tranquila ayer.


2 comentarios:

  1. El tiempo sin duda ha pasado, solo nos queda el recuerdo de un tiempo lindo, que por suerte lo vivimos.

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  2. Nona. que lindo picnic, tan distintos a los de ahora. Increíbles y fantásticos. Me encanto. tu nieta Sofia.

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