Por Mahjo
Mi tía Rosa era una persona muy buena y, por lo tanto, yo la
apreciaba mucho.
Recuerdo que, cuando mi mamá estaba internada en un
geriátrico, ella venía a visitarla todas las semanas, desde Villa Gobernador Gálvez.
Lamentablemente, ella también fue a parar a un geriátrico
tiempo después.
Ustedes recordarán que instalar un geriátrico era el negocio
del momento.
Bueno, volviendo a mi tía, yo quería agradecerle todo lo que
había hecho por mi mamá, de manera que decidí visitarla todos los sábados por
la tarde e ir a cebarle mates y a jugar a los naipes durante dos horas.
Ella se ponía muy contenta. Tal es así, que me convidaba con
alfajores que le traía el hijo.
Me quedaba hasta la hora de la cena y le ayudaba a comer.
También, en las tardes de sol, la sacaba a los bancos de Bulevar Oroño, ya que
ella estaba en Oroño y Urquiza.
Cuando ella todavía estaba bien y podía subir escaleras, estaba
en la parte alta y lo curioso era que había una pareja que eran novios. Ella
tenía 91 años y él 93, y ella todas las semanas iba a la peluquería y, además,
jugaba a la quiniela.
Con el tiempo fue perdiendo la vista y ya no podíamos tener
tertulias tan largas. Además, al final ya estaba en silla de ruedas.
¿Cómo terminó esta historia? Cuando falleció, mi primo no me
avisó nada.
Lo de las cartas fue un disparador de este relato, ya que no
me voy a olvidar lo contenta que se ponía cuando la dejaba ganar. Esto
transcurrió en los años 90.
"La memoria es un monte desde donde observamos el pasado pero tambien el presente y el futuro ( aún en sueño ).
ResponderEliminarEn el recuerdo tambien hallamos, como en este relato de MAHJO ; la alegria del encuentro, la perdida, el dolor. "
"La memoria es un monte desde donde observamos el pasado pero tambien el presente y el futuro ( aún en sueño ).
ResponderEliminarEn el recuerdo tambien hallamos, como en este relato de MAHJO ; la alegria del encuentro, la perdida, el dolor. "
Mahjo, todo el bien que podemos hacer a otra persona, siempre vuelve por el lugar menos esperado. Tu generosidad, será recompensada. Además, lo más valioso que se le puede regalar a otra persona es el propio tiempo. Y vos lo hiciste. Felicitaciones. Ana María.
ResponderEliminarMuchas veces hacer feliz a alguien es tan fácil. Además, estoy segura que la felicidadque uno da, de una forma u otra, vuelve.
ResponderEliminarCariños
Susana Olivera
El dar es retribuir lo que han hecho por nosotros, tanta cosas pequeñas que no recordamos, pero fueron haciendo un todo que nos convirtió en lo que somos. Dar nuestro tiempo y afecto es una prueba de gratitud más que una dádiva.
ResponderEliminarMuy bello relato Mahjo.
Un abrazo.