martes, 12 de mayo de 2015

"Charrúas"

Segunda parte

Carmen Gastaldi

¿Qué podían perder, con 14 o 15 años, con muchísimas ganas de jugar al fútbol; y Central Córdoba, un club de la AFA, el más grande del barrio y estaba ahí nomás? El “no” siempre se tiene, pero si a uno le interesa algo, tiene que atreverse a ir en busca del “sí” y allá fueron con sus pequeños bolsos y sus tremendas ganas.
Los recibió el portero del estadio y los mandó a anotarse con un tal Pistelli, quien una vez que les tomó los datos les indicó los vestuarios. Y fueron, llegando y llegando más y más pibes.
Una vez en el “césped” (¡qué emoción!), Pistelli les fue preguntando de qué jugaban habitualmente y los fue acomodando hasta formar dos equipos de once aspirantes cada uno, y se largó el partido. Mientras jugaban, eran observados por ese señor y otros que charlaban entre sí y tomaban nota. Terminó el juego y siguieron otros equipos. Les dijeron que los esperaban la próxima semana y luego una más.
A la cuarta semana les dijeron: “Vos, vos y vos, sí; vos, también; vos, vamos a ver… ya los voy a llamar…”. La cosa fue que entre los once que quedaron ellos tres estaban incluidos. Buby como wing derecho, Camafeo como centrofoward y el Mono como insider izquierdo. En esa época los delanteros eran cinco.
Comenzaron las prácticas. Al poco tiempo el torneo de la Quinta división, donde se hicieron de algún que otro campeonato. Luego, la Cuarta, Cuarta especial y después la Primera local, todo dentro de la Asociación Rosarina de Fútbol, donde competían, en las mismas categorías, con clubes locales como Ñuls, Central, Provincial, Talleres, Argentinos y otros.
Rizzo y el Mono Tolosa fueron quedando en el camino…
En la AFA, Central Córdoba competía en la Primera B, disputando posiciones con equipos de Buenos Aires. En 1957 gana el torneo y ¡asciende a Primera A!.
El abuelo jugaba en la Primera local, pero muchas veces iba a disputar a Buenos Aires reemplazando algún titular como Ráccaro, como wing derecho, o Delogú, como wing izquierdo, o cualquier otro delantero, ya que era hábil con las dos piernas.
Ya era jugador del plantel de Central Córdoba, el más joven del grupo con 18 o 19 años, cuando la edad promedio era entre 25 y 27. Por lo tanto, le decían “El Pibe” o “Motoneta” por su velocidad o el “Conejo” por su dentadura.
Compartió equipo con grandes jugadores como los que ya nombramos y otros como Indalecio López, Palmintieri, Rivoiro, Valenti, Viso, Cecchini, el “flaco” Bellini, Alvarez y Villagra.
Partidos por allá, partidos por acá. En ese tiempo se iban a disputar los “Terceros Juegos Panamericanos en Fútbol” en la ciudad de Chicago.             
Una comisión especial de la AFA comenzó a observar, para esta copa, jugadores menores de 20 años, porque así debían ser. Un tal Ducchini, que la integraba, a través del profesor Más, que era el preparador físico de Ñuls, seleccionó a un grupo de jugadores de Rosario entre los que estaba el abuelo. El profesor se encargaba de llevarlos a Buenos Aires a las prácticas y quedaron preseleccionados: Pagani, Ochoa y Vidal, como “firmes candidatos”
Ducchini le pidió al profe que agilizaran todos los papeles, pasaporte y demás que ya estaban seleccionados.
Cuando se publicó la lista oficial de la AFA, ¿tal vez por olvido?, no figuraba ningún rosarino. Viajaron todos jugadores de Buenos Aires. ¿Feo no?

Tal vez me quede una colita…

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