Teresita Giuliano
Juan nació en 1904 en la rica colonia agrícola de Montes de
Oca, Santa Fe. Fue el mayor de ocho hermanos, motivo este más que suficiente
para que, a muy corta edad, fuera responsable de tareas que le hubieran correspondido
a hombres, no a niños.
Entre esas tareas se hallaba la de sembrar el campo con
arado manual y caballos, desde antes del amanecer y hasta la noche. Juan niño
sentía miedo de la oscuridad que lo rodeaba, los sonidos de las alimañas, las
tormentas, los fantasmas imaginarios.
Su padre, joven aún, había decidido dedicarse a descansar.
“Ahora les toca seguir a ellos”, decía refiriéndose a su prole. Y Juan, de doce
o trece años, enfrentándose a sus miedos…
Apenas pudo, Juan se casó, y a cambio de una casa en el
pueblo de Tortugas, cedió sus derechos hereditarios a sus hermanos y allí se
instaló.
Era una casa grande, con un salón enorme que había sido un
cine, frente a la plaza. Puso un bazar y regalería, que atendía con su esposa y
colocó un escritorio junto a una de las ventanas, donde tenía todo lo necesario
para ejercer un oficio que vaya a saber uno dónde lo había aprendido: limpiaba
y reparaba lapiceras fuente o plumas.
La gente le llevaba dichas lapiceras y él cambiaba
“plumines”, las desarmaba, las acondicionaba hasta que volvían a crear el
milagro de la escritura.
No sé si fue a la escuela o dónde aprendió, pero era muy
inteligente y tenía una letra preciosa, de rasgos finos. Leía todos los días el
diario y en mis recuerdos de niña está presente ese escritorio donde él me
sentaba y compartía conmigo sus lecturas, mientras yo miraba sin tocar las
innumerables cajitas con repuestos, los frascos de tinta china y las pequeñas
herramientas que lo poblaban.
Juan habrá sido feliz allí, luego de haber cambiado el arado
por las diminutas pinzas de reparador de plumas, la aridez de la tierra por la
cristalería exhibida en las vitrinas de su negocio y la soledad del campo por
el intercambio diario y afectuoso con los vecinos del pueblo.
Formó parte de cooperadoras y comisiones de distintas
instituciones (escuelas, clubes, comisarías) y participó en política, siendo
candidato a presidente comunal por el Partido Demócrata Progresista en 1973.
Juan falleció en Tortugas, pueblo que eligió para vivir, a los
81 años. Era mi nono.
Me hizo recordar a mi abuelo con su hermosa letra de mayúsculas con grandes lazos... Hermoso tu relato.
ResponderEliminarQue lindo recuerdo!!!
ResponderEliminarEl eligió hacer otra cosa y ¡vaya oficio que eligió!, muy especial y muy poco conocido. ¡Realmente admirable YUANIN!!!!!!
ResponderEliminarMe encantó la historia del abuelo. Cariños. Ana María.
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