miércoles, 6 de mayo de 2015

El nono Juan (“Yuanin”)

Teresita Giuliano

Juan nació en 1904 en la rica colonia agrícola de Montes de Oca, Santa Fe. Fue el mayor de ocho hermanos, motivo este más que suficiente para que, a muy corta edad, fuera responsable de tareas que le hubieran correspondido a hombres, no a niños.
Entre esas tareas se hallaba la de sembrar el campo con arado manual y caballos, desde antes del amanecer y hasta la noche. Juan niño sentía miedo de la oscuridad que lo rodeaba, los sonidos de las alimañas, las tormentas, los fantasmas imaginarios.
Su padre, joven aún, había decidido dedicarse a descansar. “Ahora les toca seguir a ellos”, decía refiriéndose a su prole. Y Juan, de doce o trece años, enfrentándose a sus miedos…
Apenas pudo, Juan se casó, y a cambio de una casa en el pueblo de Tortugas, cedió sus derechos hereditarios a sus hermanos y allí se instaló.
Era una casa grande, con un salón enorme que había sido un cine, frente a la plaza. Puso un bazar y regalería, que atendía con su esposa y colocó un escritorio junto a una de las ventanas, donde tenía todo lo necesario para ejercer un oficio que vaya a saber uno dónde lo había aprendido: limpiaba y reparaba lapiceras fuente o plumas.            
La gente le llevaba dichas lapiceras y él cambiaba “plumines”, las desarmaba, las acondicionaba hasta que volvían a crear el milagro de la escritura.
No sé si fue a la escuela o dónde aprendió, pero era muy inteligente y tenía una letra preciosa, de rasgos finos. Leía todos los días el diario y en mis recuerdos de niña está presente ese escritorio donde él me sentaba y compartía conmigo sus lecturas, mientras yo miraba sin tocar las innumerables cajitas con repuestos, los frascos de tinta china y las pequeñas herramientas que lo poblaban.
Juan habrá sido feliz allí, luego de haber cambiado el arado por las diminutas pinzas de reparador de plumas, la aridez de la tierra por la cristalería exhibida en las vitrinas de su negocio y la soledad del campo por el intercambio diario y afectuoso con los vecinos del pueblo.
Formó parte de cooperadoras y comisiones de distintas instituciones (escuelas, clubes, comisarías) y participó en política, siendo candidato a presidente comunal por el Partido Demócrata Progresista en 1973.
Juan falleció en Tortugas, pueblo que eligió para vivir, a los 81 años. Era mi nono.


4 comentarios:

  1. Me hizo recordar a mi abuelo con su hermosa letra de mayúsculas con grandes lazos... Hermoso tu relato.

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  2. Que lindo recuerdo!!!

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  3. El eligió hacer otra cosa y ¡vaya oficio que eligió!, muy especial y muy poco conocido. ¡Realmente admirable YUANIN!!!!!!

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  4. Me encantó la historia del abuelo. Cariños. Ana María.

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